Fundación 1º de Mayo | 24 de abril de 2024

VERDAD, JUSTICIA, REPARACIÓN

A Manuel Lapeña se le ha acabado el tiempo

    La Fundación 1º de Mayo ha recibido con profunda tristeza e indignación la muerte de Manuel Lapeña, de 97 años de edad y natural de Villarroya de la Sierra (Zaragoza). Lapeña llevaba años batallando por recuperar los restos de su padre y de su tío, ambos asesinados por los falangistas en el verano de 1936. Posteriormente los restos de ambos hermanos fueron enterrados, contra la voluntad de la familia, en Cuelgamuros. Como sucedió con los restos de otras muchas víctimas mortales del franquismo de primera hora.

    15/09/2021.
    Ilustración Lapeña

    Ilustración Lapeña

    Lapeña contaba desde hacía cinco años con una sentencia judicial que le permitía recuperar los restos de sus familiares y el compromiso del Gobierno de que haría todo lo posible para hacer efectiva su devolución. De ese modo esos restos podrían ser inhumados en el panteón familiar.

    Manuel Lapeña Altabás fue fusilado extrajudicialmente y arrojado a una fosa común en Calatayud a los 44 años de edad, siendo viudo y padre de cuatro hijos de corta edad. Era un hombre de bien, un veterinario y militante de la CNT. Tras su muerte, el Tribunal de Responsabilidades Políticas impuso una multa de 1000 pesetas a la familia y la desposeyó de sus bienes: una huerta y un corral. El cura del pueblo fue testigo de cargo, como tantos otros curas cómplices de los crímenes franquistas, Contra la familia Lapeña, el franquismo cometió varios delitos: asesinato, robo y exhumación ilegal.

    Para Manuel Lapeña ya es demasiado tarde. Pero hay otros Lapeña, otras familias esperando durante décadas recuperar los restos de sus deudos que se hallan, sin su autorización, en esa gran fosa común que es Cuelgamuros. El Gobierno no puede dilatar más su devolución. Es una cuestión puramente humanitaria y de dignidad democrática.