AI2024-0021

Fundación 1º de Mayo // 9 de julio de 2025

Accidentes in itinere de tráfico: un drama social evitable

 

Con los datos más recientes de accidentes de trabajo en España, que corresponden al avance de enero a mayo de 2025 ( Estadística de accidentes de Trabajo. Ministerio de Trabajo y Economía Social), observamos cómo los accidentes in itínere de tráfico han descendido en comparación al mismo período de 2024, rompiendo la tendencia de los últimos años en los que estos accidentes no dejaban de aumentar año tras año. Aun así, es pronto para afirmar que este descenso se acabará confirmando en el cómputo anual de 2025.

En concreto en 2024 ocurrieron 21.281 accidentados y en 2025 han sido 21.031. Es decir, 250 menos, lo que es una cifra pequeña, pero ya significativa, al romper con la evaluación anterior.

En el caso, de los accidentes in itínere mortales, en este mismo período de 2025, el número es exactamente igual que en 2024 con 42 fallecidos. Con lo que en este caso no hemos mejorado y sigue en cifras muy altas, teniendo en cuenta que en el último decenio han subido desde los 101 fallecidos de 2015 a los 135 del año pasado.

A todo ello podemos añadir que los accidentes de tráfico in itínere tienen un peso destacado en el global de accidentes laborales representando en 2024 un 8% y en el caso de los accidentes mortales estos suben hasta el 16% con lo que vemos como a mayor gravedad más peso van adquiriendo estos accidentes. Esta mayor gravedad se vuelve a constatar si tenemos en cuenta los días de baja y la duración media de la incapacidad temporal que en otros tipos de accidentes laborales fue en 2024 de 30,02 días y en los accidentes in itínere de tráfico fueron 40,75 días, es decir 8 días más de media (Observatorio sobre accidentes laborales de tráfico Ejercicio 2024. Asepeyo 2025).

Como hemos corroborado con las series estadísticas de los últimos años, se llegó al máximo en 2019, justo antes de la paralización de la movilidad a consecuencia de la irrupción de la pandemia de la Covid-19, que conllevo en 2020 un descenso muy brusco de los accidentes in itínere de tráfico. Pero, a partir de 2021 empezaron a remontar anualmente hasta llegar a 2024 con una cifra similar a la de 2019.

Todo ello nos lleva a la ineludible conclusión de que algo no estamos haciendo bien para prevenir estos accidentes laborales. O, mejor dicho, visto lo visto lo estamos haciendo francamente mal.

En demasiadas ocasiones las empresas alegan que como estos accidentes pasan fuera de sus instalaciones y del horario laboral poco o nada pueden hacer para prevenirlos. Y en todo caso, cuando una minoría de empresas llevan a cabo acciones para prevenirlos estas se reducen a información y formación en seguridad vial. Que no dudamos en que sean acciones convenientes, pero es evidente que no son suficientes. Las cifras y su evolución así lo demuestran.

Sobre el argumento que esgrimen las empresas de que no tienen capacidad de intervenir para evitar estos accidentes respondemos que todo la contrario; que las empresas tienen la capacidad y la responsabilidad de actuar y que sabemos cómo deben hacerlo para reducir esta accidentalidad.

En concreto se trata de promover los modos de movilidad más seguros que son el transporte público, empezando por el ferrocarril en todas sus versiones -tren metro y tranvía- y continuado con los autobuses y autocares. Pero también lo son el ir caminando y en bicicleta que, aun siendo más vulnerables, en condiciones de seguridad, pueden ser muy seguros.

Para fomentar los modos colectivos las empresas pueden desde poner en marcha un servicio de autobús de empresa, o adherirse a uno ya existente y ofrecer títulos de transporte público a sus personas trabajadoras. Por supuesto en este último caso las administraciones públicas pueden y deben jugar un papel muy relevante poniendo servicios de transporte público adaptados a las necesidades laborales.

Pero las empresas tienes otras herramientas a su alcance para prevenir los accidentes in itínere de tráfico, entre otras, implantar de forma generalizada y generosa el teletrabajo para así reducir los desplazamientos al trabajo y, en consecuencia, disminuir, el riesgo de padecer un accidente.

Todo ello acompañado de medidas de disuasión del vehículo privado, por ejemplo, con la gestión del estacionamiento, si lo tuviere, por un lado, restringiéndolo a medida que se implantan medidas favorables a los modos sostenibles y más seguros, por ejemplo, reconvirtiéndolo en aparcamiento para bicicletas o realizando otras actuaciones como priorizar el estacionamiento para aquellas personas que no tienen alternativas en otros modos y, también, el coche compartido. Y, por otro lado, si hiciera falta cobrando un precio simbólico por estacionar con un doble objetivo disuadir del uso del vehículo privado y financiar las medidas de fomento de los modos sostenibles y más seguros.

De todas maneras, todas estas acciones se deben llevar a cabo con la participación activa de la representación sindical como representantes de las personas trabajadoras y en definitiva quienes deben ser los protagonistas del cambio modal. Por ello, es preferible prevenir los accidentes in itínere de tráfico mediante la elaboración, implantación y seguimiento de un plan de movilidad sostenible al trabajo, dentro del marco de la negociación colectiva. Para así implicar a todas las partes desde un inicio y en todo el proceso para garantizar el derecho a una movilidad segura de las personas trabajadore y tener más posibilidades de tener éxito en el objetivo compartido de reducir la siniestralidad.


AI2024-0021