Juan Chacón Tarascó (1933-2019). In Memoriam

    Acaba de fallecer en Madrid, a la edad de 86 años, Juan Chacón. Chacón era un gran amigo y colaborador del Centro de Documentación de las Migraciones (CDM) de la Fundación 1º de Mayo, donde depositó la documentación de su trayectoria migratoria. Pacense de nacimiento, se trasladó a Madrid durante su niñez y tras vivir en la capital y en Barcelona, emigró a Holanda. Allí militó en el antifranquismo y fue un gran organizador del asociacionismo de los emigrados españoles. A su regreso a España colaboró como voluntario ayudando a los retornados y participó en la asociación de vecinos de su barrio, en Madrid. Queremos con esta nota trasladar nuestras condolencias a su esposa, Marisa y a su hija. Le recordamos como una buena persona, comprometido siempre con las causas emancipatorias.

    20/11/2019.
    Carnet Juan Chacón

    Carnet Juan Chacón

    Juan Chacón Tarascó nació en Badajoz en 1933. Siendo un niño se trasladó a Madrid, donde comenzó a trabajar en la adolescencia, empleándose en diversas ocupaciones y aprendiendo el oficio de mecánico electricista. Vivió en Barcelona donde trabajó en el puerto y en la Feria de Muestras. En 1958 viajó a la vendimia francesa y después se trasladó a Hamburgo y Noruega donde se embarcó en un petrolero.

    De vuelta a España participó en el reparto de propaganda antifranquista y rápidamente, ante la falta de expectativas, emigró a través del IEE a Holanda en 1961 en una expedición masculina que se distribuyó por distintas ciudades. Chacón se quedó en Ámsterdam donde se empleó, junto a otros treinta y tres españoles en la Ford. Fueron los primeros que ingresaron en esa fábrica. Fue destinado a la cadena de ensamblaje. De manera generalizada, los extranjeros ocupaban los puestos de trabajo más duros en la planta. La compañía les alojaba en residencias colectivas en las que no se podía cocinar y las duchas eran colectivas. El clima duro y una alimentación extraña a las costumbres españolas produjeron enfermedades entre los emigrados. Acosado por la empresa, a los dos meses, Chacón abandonó la Ford y se empleó en una fábrica procesadora de leche, donde permaneció a lo largo de seis años.

    En este tiempo empezó a agruparse con otros emigrados españoles, creando la asociación El Quijote en 1962, que se reunía en un bar cercano a la estación del ferrocarril, en una zona en la que había pequeños negocios españoles y en la que no era raro oír hablar en esa lengua. El Quijote se puso en marcha apoyándose en las cuotas de sus socios y en el dinero recaudado en las fiestas que organizaba.

    En Ámsterdam tomó contacto con el PCE junto con un grupo de media docena de compañeros. Su primera campaña tuvo lugar con ocasión del asesinato de Julián Grimau, repartiendo octavillas y tratando de organizar una manifestación que la policía holandesa les prohibió por el hecho de que eran extranjeros. Mientras tanto, tomaron contacto con Manuel Azcárate y José Meseguer, responsable del trabajo de los comunistas españoles en la emigración europea. Asimismo, Chacón se ocupó de las relaciones con el pequeño PC de Holanda. A la muerte de Franco, la organización del PCE en Holanda contaba con un centenar de militantes.

    En tanto que militante comunista participó en las Comisiones Obreras de Solidaridad y en Acción Fuego, la organización que los antiguos brigadistas holandeses crearon para la solidaridad antifranquista.

    Chacón colaboró con la revista Información Española, publicada por el PCE para la emigración europea y en el boletín Unidad, editado por el Club Miguel Hernández de Utrech. Igualmente participó en la Federación de Asociaciones de Emigrantes Españoles en Holanda (FAEEH).

    Tras superar una enfermedad cambió de nuevo de trabajo, empleándose en una fábrica de papel y posteriormente en la Miele, cerca de Utrech. En 1977 contrajo segundas nupcias con Marisa Gordaliza. Dos años después nacería su única hija. Se jubiló anticipadamente debido a una lesión de origen laboral, permaneciendo en Holanda hasta 1998, año en que se trasladó definitivamente a Madrid junto a su familia.

    Tras su vuelta, Juan Chacón ingresó en APOYAR, una asociación de ayuda al retornado, formando parte de su estructura y como asesor técnico, ayudando a los españoles que retornaban de Holanda en sus gestiones. Mediante charlas y otras actividades se convirtió en un divulgador infatigable de la experiencia de la emigración española como antídoto frente al racismo.